Ya están aquí las violetas silvestres (Viola riviniana) perfumando el ambiente y decorando los caminos de Asturias…
Aunque pequeñas, no pasan desapercibidas por aquellos que disfrutamos de pasear por los entornos asturianos, ya que llama la atención su delicada belleza.
Viola viene del griego «Io» dice la leyenda que Io, era la amante de Júpiter y para protegerla de los celos de su mujer Júpiter la convirtió en una pequeña ternera y creo las violetas para que se alimentara.
Las hojas jóvenes se pueden comer en ensalada o como verduras, cocidas con otras verduras o patatas, muy indicadas para períodos de resfriados, tos o estreñimiento.
Las flores enseguida pierden su aroma si no están maceradas, por lo que se suelen hacer confitadas en azúcar (muy ricas), mantequilla o aceite, tanto para uso culinario, como cosmético.
También se usan para aromatizar vinagres y vinos.
Se pueden usar como emplasto para aliviar todos los dolores con «calor» como almorranas, es buena para las gripes, tos, dolores de espalda, de vejiga, alivia la amigdalitis y ayuda a los niños en las primeras fases de epilepsia