Macerar flores es algo muy fácil y nos da la oportunidad de beneficiarnos de aceites con diferentes propiedades,según las plantas o árboles que usemos.
Intentaremos siempre en la medida de lo posible usar flores que no estén cercanas a carreteras o en suelos que reciban tratamientos no-orgánicos.
Recogeremos las flores en éste caso, por la mañana, a ser posible en luna descendiente y luna menguante.
Las dejaremos reposar en un papel durante una noche para que pierda algo de «agua» y al día siguiente procedemos a hacer el macerado.
Primero esterilizaremos el envase de cristal hirviéndolo durante al menos 20 min. luego cuando ya esté seco ponemos el aceite que tengamos más a mano, aceite de oliva, de almendras dulces,..etc y añadimos la mayor cantidad de flores que quepan en el aceite sin que sobresalgan de éste.
Dejaremos el bote durante unas 4 semanas a la luz del día y de la noche, agitándolo de vez en cuando.
Una vez pasado el tiempo se filtra con un colador de tela y ya tenemos un aceite con las propiedades emolientes de la malva. Podemos repetir la operación con el mismo aceite y con más flores para hacerlo más intenso.
Las propiedades emolientes de la malva hacen que sea una planta muy preciada para pieles atópicas, con eccemas, pieles secas castigadas o envejecidas.