Los aguardientes hechos con frutas son muy comunes en paises como: Francia, Alemania y holanda. Suelen utilizarse peras (Poire Williams 40-45º, Francia y Alemania) ciruelas amarillas (Mirabelle 45º, Francia) Cerezas (Kirsch 40-45º, Alemania) Frambuesas (Framboise 40º, Francia) Cominos (Kummel 35-45º, Holanda) y Albaricoques (Apricot brandy 40-45º, Francia). En Serbia se elabora una aguardiente a base de ciruelas que se llama «Sljivovica» y se consume más que las propias frutas.
En éste caso vamos a hacer un aguardiente a partir de ciruelas demasiado maduras , pues cuanto más maduras más azúcar contienen, las vamos a limpiar, triturar un poco para que suelte los azúcares más fácilmente y la dejamos fermentar en un recipiente cerrado.
Cuando termina la fermentación después de unas tres semanas más o menos, se pasa la pulpa fermentada a la caldera para una primera destilación, las evaporaciones alcohólicas van por un conducto y llegan a otro recipiente del alambique en que se enfrían y convierten en líquido.
El líquido que sale de esta primera destilación habrá que volverlo a redestilar para conseguir la graduación deseada.
En el proceso de destilación se separa el «corazón» del líquido , mientras que el primero y el último flujo se eliminan por contener metileno dañino para la salud.
De unos 10 kilogramos de ciruela se obtiene una media de un litro de aguardiente de unos 50 grados de alcohol, aunque la cantidad puede variar dependiendo de la calidad de la fruta.
Luego se deja reposar en una barrica a poder ser de roble, cuanto más tiempo mejor, se supone que los aguardientes de más de 10 años son los que tienen más matices aromáticos.
Hay una costumbre en Serbia de enterrar un pequeño barril o una botella de aguardiente cuando nace un niño para consumirlo con motivo de las bodas de ése, después de 20 o 30 años de maduración, lo que supone beber un líquido con una especial y excelente calidad.