Aprendiendo a ser libre

Ya hace ya unos años que mi compañero de viaje y yo, nos lanzamos a la aventura de  llevar a cabo nuestro sueño de vivir en un entorno natural, de vivir al tiempo de las estaciones, sentir los latidos de la naturaleza y echar raíces en ella.

No ha sido fácil dejar la seguridad de un sueldo seguro a final de mes, de aventurarse a hacer tu propio negocio, de adaptarse a otra climatologia, orografiía, cultura, …lanzarse a la paternidad..¡Buf!

En fin, estamos muy bien programados y acostumbrados a estar acomodados.Apostar por lo desconocido, da miedo, pero aún sin saber que nos depara el futuro, me hace feliz poder soñar e intentar cumplir mis sueños, saltar los miedos y afrontar los retos.Porque ser libre no es fácil, pero el sólo hecho de intentarlo, da seguridad, sube la autoestima y lo más importante, nos hace crecer, aprender un montón de cosas, haciéndonos más resolutivos y capaces de cualquier cosa.

Y en éstos parajes de Los Oscos, siento la fuerza de la vida que recarga mis «pilas» cuando bajo la guardia y me dejo llevar por los miedos , así como el estímulo para seguir adelante.

Como esos caballos que pacen a sus anchas en verdes praderas,con vistas envidiables de la garganta y el mar cantábrico a lo lejos enmarcado de nubes…

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