Rosquillas o «Redoltets» receta centenária

En mi pueblo (Vilalba dels Arcs, en Tarragona) todas las mujeres tenían la costumbre de hacer pastas, galletas, dulces, magdalenas… En casa siempre tenía que haber algo de dulce para ofrecer al que pudiera venir de visita . Había como una especie de ansia por ser la que mejor cocinaba éstas delicias, incluso habían las que guardaban con recelo las recetas para que nadie las bajara de su «podium» de ser la mejor «pastelera».

Mi abuela tenía un montón de recetas, que pasaron de generación a generación y recuerdo con ella pasar muchas tardes elaborando dulces de todo tipos.

Pero lo que más me gustaba con diferencia ( y no soy una persona que le guste mucho el dulce) eran los «Redoltets» como  llamábamos en casa a las rosquillas.

Unas rosquillas, dulces y esponjosas, con un toque de anís, que por arte de magia, por muchas que se hicieran siempre desaparecían rápidamente…

Recuerdo que cuando iba al colegio, sabiendo que las llevaba en la mochila, no podía evitar comérmelas a escondidas en clase, antes de la hora del recreo, aunque se me cayera el pelo si me pillaba la profesora, no podía soportar la espera,  me sabían tan buenas…

Os paso la receta fácil y sencilla para enamorar a vuestras parejas, hijos, amigos, nietos e incluso para ablandar los corazones de los «enemigos».  😉

 

Redoltets de la Tresina

Ingredientes:

2 huevos

100 grs. de azúcar

Una taza de las de café llena de anís

Un vaso lleno de leche menos dos dedos, rellenar los dos dedos que faltan con aceite

700 grs de harina

1/2 sobre de levadura en polvo

 

Elaboración:

1. Batir los huevos

2. Añadir el anís, la leche, el aceite, remover bien

3. Añadir el azúcar, la levadura y batir bien hasta disolver el azúcar completamente

4. Ir añadiendo harina, mezclarlo bien, cuando ya nos cueste mucho remover..

5. Ponemos harina en la encimera y amasamos la mezcla, para despegar la masa de los dedos usaremos harina, tenemos que amasar bastante rato hasta que la masa ya esté firme y no se nos pegue a las manos.

6. Vamos cortando cachitos pequeños y haciendo churros, uniéndolos de principio a fin. Mi abuela solía darle unos pequeños tijeretazos a lo largo de todo el lateral de la rosquilla, porque así al freírla se abría  y quedaba más esponjosa

7. Una vez tenemos todas los «Redoltets» hechos, las vamos friendo en la sartén, con bastante aceite.

8. Al sacarlas de la sartén untaba el «Redoltet» en un plato con azúcar, para que fueran aún más dulces…pero sin el azúcar extra del final también están muy buenas…

 

Y a disfrutarrrrr!!!!

 

 

 

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